domingo, 5 de septiembre de 2010

Cristian Vallejo 04. Trabajo autónomo Semana 4.

Tomado de:
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/solidaridad-contra-inseguridad_7893745-1

Solidaridad contra inseguridad

El hurto está en todos los rincones del país, en zonas de alto, medio y bajo estrato; en la calle, en residencias, fincas, bancos, centros comerciales, en el transporte público y en los sitios de trabajo. No se escapan tapas de alcantarilla, medidores de servicios públicos, cables telefónicos, ni canecas de basura.

Las entidades financieras tampoco se salvan. Se presentan miles de casos en donde, a través de clonación de tarjetas y transferencias, se desocupan cuentas. Se han construido túneles para arrasar con el dinero de las bóvedas; vehículos blindados para transporte de valores son asaltados. Para retirar efectivo por ventanilla o en cajero se debe acudir al servicio de escolta policial.

La industria de la seguridad mueve miles de millones con la venta de implementos y servicios: vigilantes privados, perros guardianes, alarmas, cámaras, cajas fuertes. Tiendas de barrio, droguerías y misceláneas están entre rejas; buses y busetas tienen cabina blindada para evitar el atraco.

Para lograr su cometido, a los delincuentes no les importa la vida de la víctima, bien sea por robar un automotor, joyas, un celular o, tristemente, una insignificante suma de dinero, como recientemente le sucedió en Bogotá al profesor del colegio La Enseñanza Andrés Cruz, cuyo presunto homicida protagonizó una espectacular huida en la que fue necesaria para su captura la intervención de cincuenta policías y un helicóptero.

Aunque son ya varias las protestas que se han hecho sentir en diferentes partes del país, y a pesar de los esfuerzos de las autoridades por contrarrestar la delincuencia, la inseguridad no ha cesado. Contrariamente, las cifras han aumentado considerablemente.

Hambre, pobreza, drogadicción, desempleo, corrupción administrativa, subdesarrollo, impunidad e, incluso, herencia de nuestros colonizadores: cualquiera de estas situaciones, o todas ellas, podría ser la razón por la cual nuestra Colombia ha estado sumergida en el mar de la inseguridad. Lo importante en este momento es encontrar la solución. No es difícil imaginar que, de no hacerse nada, en un cercano futuro el país estará sitiado por la delincuencia.

Solo en Bogotá, según cifras oficiales, durante el primer semestre del año 2010 fueron asesinadas 102 personas por resistirse al atraco, un aumento del 40 por ciento respecto al año anterior. El mensaje del Gobierno Distrital fue: "La vida es lo primordial", lo que muchos interpretaron como: "No se oponga y permita que lo roben". La percepción de inseguridad por hurto en esta ciudad es ahora del 43 por ciento.

"El nuevo desafío del Gobierno Nacional se llama Seguridad Ciudadana", aseguró el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras. Con este nuevo enfoque, el Estado pretende activar una 'política de choque' para enfrentar la violencia de las grandes ciudades y menguar la delincuencia. Pero no es así, pues está visto que en épocas anteriores se han emprendido políticas similares, como reformas de la legislación penal, aumento del pie de fuerza y establecimiento de figuras como el policía de cuadra, lo que, lejos de haber mejorado la seguridad, no ha servido para disminuir la criminalidad, que hoy está más fortalecida. Las cifras llegan a niveles realmente espeluznantes.

Ninguna política criminal servirá si no hay concurso de la ciudadanía. Es necesaria la participación activa de todos y cada uno de nosotros, pues está visto que para contrarrestar la delincuencia el arma más eficaz es la solidaridad; los ciudadanos tenemos la obligación de darle una mano al Estado convirtiéndonos en los policías de Colombia, para alertar oportunamente a las autoridades sobre la posible comisión de un robo, para actuar decididamente ayudando a la víctima en el momento del atraco y para colaborar con información encaminada a ubicar, capturar y judicializar a los delincuentes, así como para recuperar los objetos materiales del delito. Es hora de que volvamos a caminar tranquilamente por las calles; de que nuestros hijos se desplacen sin temor a sus colegios, universidades y sitios de recreación. Juntos podemos cambiar este panorama desolador, que no permite disfrutar con calidad de vida nuestra querida Colombia.

Resumen.
En síntesis, la columna de opinión del lector que les presenté anteriormente expone una problemática que se ha venido aumentando y empeorando con el paso de unos pocos años, con unos porcentajes bastante altos de asesinatos por atraco o en sí mismo de delincuencia común, comenta que este problema ya no respeta sectores residenciales o estratos sociales y que aunque sea más propenso en unos lugares que en otros actualmente va a terminar por cundir a todo el país por igual.

Opinión.
En Colombia hay un problema de sociedad según mi opinión, absolutamente todos alguna vez nos hemos dicho a nosotros mismos o lo hemos comentado con alguien, "es mejor no hacer nada, yo paso constantemente por este lugar y no me quiero exponer a que ese tipo me quede reconociendo". Todos juzgamos la situación del país y criticamos la seguridad con la que contamos, decimos que no es suficiente o que sencillamente no sirve para nada cuando no nos miramos a nosotros mismos y nos decimos que podemos actuar solidariamente contra este problema que es común y que cada vez está creciendo más y más.

Preguntas.

> ¿Considera usted que la comprensión de lectura es indispensable para la vida laboral de cualquier ciudadano hoy en día?

> ¿ Es posible lograr un nivel de comprensión de lectura inferencial trabajando de manera autónoma o virtual en la mayoría del tiempo como hasta hoy se ha venido trabajando en la clase?

> Cuando escoge una lectura, ¿cuál es el objetivo con el que lo hace: informarse, entretenerse o cambiar su opinión respecto a algún tema?, ¿Qué aporta para usted este tipo de lectura?




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